Puerto Iguazú atraviesa una situación crítica e inédita: una sequía voraz originada en el cordón montañoso brasileño de Serra do Mar, provocó que las cataratas se vean prácticamente sin agua, un fenómeno que no ocurría desde 2006, lo que no sólo afecta a la fauna y la flora de la zona, sino también a la actividad comercial. Se ve a animales en zonas urbanas y algunas especies modifican comportamientos.
El intendente del Parque Nacional Iguazú, Sergio Acosta, aseguró que el caudal habitual de las cataratas es de 1500 metros cúbicos por segundo. “Ahora, el río Iguazú está en unos 280 metros cúbicos por segundo. Y, por cómo se ve el panorama. El último más bajo que recuerde ocurrió en 2006, cuando hubo 122 metros cúbicos”.
Según Acosta “Lo del agua responde a un evento cíclico, que ocurre cada 15 años aproximadamente. Y justo se produjo al mismo tiempo que la pandemia”.
Sin embargo, desde algunos sectores de la provincia de Misiones se apunta al cierre de las compuertas de las seis represas aguas arriba en la región brasileña: Foz de Areia, Salto Segredo, Salto Santiago, Salto Osorio, Salto Caxias y Baixo Iguazú, inaugurada en 2019.
Cecilia Britto y Julia Argentina Perié, representantes por la provincia de Misiones en el Parlasur, presentaron una recomendación al Consejo del Mercorsur para que se le exija a Brasil la reapertura de sus compuertas y así poder “regular el caudal, salvaguardando el derecho fundamental del acceso al agua”.
Además Puerto Iguazú es una ciudad en la que la actividad turística involucra directa o indirectamente a más del 80% de la población (cerca de 90 mil personas), y que se encuentra totalmente frenado por las medidas de emergencia sanitaria, y con el riesgo de la pérdida de empleos. La situación para trabajadores cuentapropistas o informales, es aún más comprometida y que viven del día a día y en estos momentos sus ingresos son nulos.
En la actualidad, el Parque Nacional Iguazú mantiene en sus funciones laborales a los 15 guardias de seguridad, de un total de 85 empleados. Los guardias intentan proteger a las especies silvestres de la caza y la depredación humana. “Hay muchos cazadores que están aprovechando la cuarentena. Algunos salen a cazar por subsistencia y otros por negocio. Por eso, nuestra obligación es cuidar este ecosistema”, afirmó Acosta.
Fuente: CorrientesHoy
