A UN AÑO DEL ASESINATO DE DIEGO CAGLIERO



El 19 de mayo de 2019 Diego Cagliero y sus amigos músicos de la murga “Los Incurables, fueron a comprar provisiones, antes de ensayar, a un supermercado Día% de Martín Coronado, partido de Tres de Febrero. Al llegar a la caja los chicos discutieron con los guardias del comercio porque no les alcanzaba para cubrir todo lo que querían comprar. Entonces decidieron irse en la camioneta en que se desplazaban. La seguridad privada del local avisó a la policía en 911 y denunció falsamente que los pibes estaban armados y que habían cometido un robo. Luego de seguirlos con cámaras de seguridad del municipio por varias cuadras les hicieron un cerrojo y los rodearon con patrulleros. Al bajar asustados y con las manos en alto los pibes recibieron un ataque con más de 14 disparos policiales. Diego murió en el acto y su amigo Mauro Tedesco quedó herido.

Al instante comenzó la operación de encubrimiento: los policías sacaron fotos de Diego sin vida con un arma plantada y le vendieron a los medios la versión del intento de fuga y fuego cruzado. El intendente del Pro, Diego Valenzuela, felicitó a los efectivos y celebró la muerte de Diego desde su cuenta de twitter. Nada extraño si constatamos que su secretario de Seguridad, Juan Manuel Lucioni, era un fervoroso defensor de la dictadura genocida.

Los amigos de Diego fueron detenidos, pero luego liberados, excepto Ángel Bramajo, que sufrió 8 meses de encierro hasta que se consiguió con movilización y lucha que le otorgaran la domiciliaria. Con la presión de los familiares y amigos organizados se logró que la fiscal Grabriela Disnan realizara las medidas de prueba para comprobar que los pibes no efectuaron ningún disparo, y que la brutal agresión policial la encabezaron los efectivos Darío Montenegro y Rodrigo César Exequiel Canstatt, que disparó 14 veces y fue quien ultimó a Diego. Canstatt se encuentra procesado y cumpliendo preventiva por homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por ser personal policial. Su defensa intentó jugar la carta de la pericia psicológica para relativizar su accionar, pero en diciembre pasado se determinó que es claramente imputable. Además Canstatt está involucrado en otro asesinato de Sergio Jasi, joven de Loma Hermosa, cometido el el 26 de abril de 2019.

Las masacres de Martín Coronado y San Miguel del Monte (del 20 de mayo), son sólo una parte de los miles de hechos que cometen día a día las fuerzas represivas del Estado, como el gatillo fácil, las detenciones arbitrarias, el verdugueo, las torturas, las masacres en cárceles y comisarías, las desapariciones forzadas, los armados de causas, los operativos de saturación, la persecución a los que luchan y a los que trabajan en la calle. Toda esta situación represiva es lo que denominamos una política de Estado. Y tenemos que llamar a las cosas por su nombre. No lo podemos llamar Violencia Institucional, porque no son excesos, ni se trata de un uno o de cientos de loquitos uniformados sueltos. Por atrás de estos hechos hay una decisión política concreta de reprimir. Hay una decisión política concreta de generar el hambre y la desigualdad social que se vive, una decisión de sostener una cultura violenta y una marginalidad planificada desde el Estado, para después justificar el uso del aparato represivo.

Fuente: RedEco